DE
LOS QUE PIERDEN
Sobrevivir
cuchillo tras cuchillo
Darío
que bebió valor con miera
fue
burlado ya muerto y amarillo.
A
Vallejo, los golpes del martillo
hundiéronle
en su niña primavera,
y
en eso quiso suicidarse, él que era
enamoradamente
muy sencillo.
Leopardi
aguanto de todo, ciego
de
amor y jorabado en tentaciones
al
no ser dignamente comprendido.
Cernuda
y Prados, por el desapego
del
exilio cayeron. De pasiones
otros
muchos también y del olvido.