lo sabe la última lágrima
te deseo
te lo digo con la fiebre inevitable
que da la fiebre a la noche
sin trampas te deseo
ya
y sin apenas excusas ni tiempo
con la repentina esperanza
que abre su luz a los cansancios
a los desiertos
al espejo inhabitable que cree que todo está perdido
te deseo con sencillez de alma-niño
y con humilde
profecía de piedra
pero te lo digo
te lo digo número de dios imaginante
con otero alado
con mano florecida
con la ternura dorada de las islas
como ya asilar lo que es vivirte
sin motivo absurdo
– irresistible –
como besarte
como enturbiarte a desnudez
y claridad
sólo
sólo
te deseo sin perder el todo
aunque esté perdiendo
el
t o d o
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