miércoles, 4 de julio de 2012


EL AMAR ABRIGA


Por más que aún yo viva o yo me muera
siempre a ti te querré como te quiero
diciéndoselo al sueño y al mundo entero,
de seguro a confianza muy certera.

Lo llevo con un sí que se aligera
atravesando al páramo y a su fuero
de soledad, o yendo a lo postrero
del templo donde estás más verdadera.

Para que amor te abrigue que amar abriga,
y que la sangre crezca hasta el filo
de la imaginación..., que el ver consiga                      

cuando te veo, Amor,  cuando te ahílo
de lento corazón, de amigo a amiga,
con mirada encantada puesta en vilo.


                                *


PEQUEÑO REGALO DE NAVIDAD

Ten como color este día breve
para alegrar lo inmensamente vivo,
el día que se alumbra con lo aleve
y, así tan sólo, se engrandece altivo.

Sentido de la vida es lo pequeño,
lo que empujando va con suave ala
y hace un tacto azul y hace gala
de una alegría grande, de un gran sueño.

Ese color coge, y que tú entiendas
por mirar la mirada... sin tu pena
para aquel horizonte, a tantas riendas.

Es un pujar de lo que sueña brillo,
es la sonrisa que te espera llena
de una fe tuya, del amor sencillo.


                                   *
.
T E R N U R A


Esta pequeña caricia es
tan pequeña,
tan pequeña,
como una semilla rosa del silencio...,
como una cantera de ésas cariñosas lágrimas
de aquélla niñez,
es tan pequeño su cuajar de aromas casi delicuescentes
como una llamada de estrellas,
como una geografía de amor,
como un salto de sonrisas
dibujado.

Es
tan pequeña
en esencia de ansia y de virginal amabilidad para siempre
ante las orillas del Sur,
entre los encajes de hierba de los nortes
más libres
y azulándose para el desmayo sideral de los límites o de los polos...,
tan pequeña
ahora que la pobreza es el pan obtuso de violines
o como tú.

                                   *


(    A L   C R I S T O   D E L   C O R A Z Ó N    )


Cuando cierres los ojos, verás que todo es bueno,
que Dios está contigo, que Dios está contigo,
que el tiempo no ha pasado, que aún está sereno,
que la verdad – en Fe – es tuya y yo te la bendigo.

Cristo, tú bien lo sabes con ternura celeste,
tú eres... más lo sabio de lo sabio que avanza,
tú – fin–,  me adviertes ya de los ángeles el Éste
por donde sale – ¡ay! – allí la luz y el sueño esperanza.

Cristo, fiel al Camino, en la sangre floreciente,
Cristo en tan amorosa paz que azul nos la aniñas,
que un juego eres – tú –,  y a veces el más sonriente.

Cristo, mírame, sé que estás en el infinito
– cielo del cielo con los cánticos que encariñas –,
¡cuánto eres de Dios!, sé que eres el que habito.

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