DE AQUELLO
Y regresé… despacio de aquel beso
que tú me abriste y sueño parecía
como una naufragada melodía
en nuestra miel de luz y en nuestro hueso.
Se enarbolaba de aves la sonrisa...
pero, adentro la piel, se irguió de noche
y con un tierno “sí” y un tierno broche
guardamos el momento aquél sin prisa.
“Sí” era aun el suspiro de la luna,
“sí” era aun el alivio de la llama
que te quería a ti como ninguna.
Sin razón, deliraba tu pupila;
sólo hubo corazón -porque se ama-
y buscándote fue a un río lila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario