miércoles, 4 de julio de 2012

DE AQUELLO

Y regresé… despacio de aquel beso
que tú me abriste y sueño parecía
como una naufragada melodía
en nuestra miel de luz y en nuestro hueso.

Se enarbolaba de aves la sonrisa...
pero, adentro la piel, se irguió de noche
y con un tierno “sí” y un tierno broche
guardamos el momento aquél sin prisa.

“Sí” era aun el suspiro de la luna,
“sí” era aun el alivio de la llama
que te quería a ti como ninguna.

Sin razón, deliraba tu pupila;
sólo hubo corazón -porque se ama-
y buscándote fue a un río lila.

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